El Jefe Imposible de la Secretaria Virgen de AKASH HOSSAIN pdf
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Empaca tus maletas, Andi, nos vamos a Escocia por unos días».
Andi miró, con el ceño fruncido, hacia donde Linus se encontraba en la puerta que separaba sus dos oficinas en el último piso de Tarrington Park. Ella ya sabía que él estaba aquí, en sus apartamentos privados, al final del pasillo de sus oficinas, ya que había visto su coche aparcado en la explanada cuando llegó al trabajo esta mañana. Fue lo que dijo lo que la hizo reaccionar tan bruscamente. «¿Escocia?
Hmm. Linus se adentró en la habitación para apoyarse en el lateral de su escritorio. Su cabello oscuro estaba peinado sólo un poco más corto que hace un año; el verde pálido de sus ojos seguía siendo tan glacialmente astuto en la robusta guapura de sus duros y cincelados rasgos mientras la miraba. Ahora que Tarrington Park ha abierto, estoy buscando otro gran proyecto en el que trabajar. Hay un castillo en Escocia que estoy pensando en comprar».
Andi lo miró. Nunca le había sugerido que la llevara de viaje de negocios con él. Tampoco se lo había sugerido ahora, recordó Andi con sorna: Linus le había dicho que iban a ir.
Eres mi asistente personal», le recordó.
Andi era muy consciente de lo que era. Al igual que era consciente de que durante los últimos meses había empezado a ver a Linus como algo más que el exigente empleador que aparecía durante unos días caóticos para comprobar el progreso en Tarrington Park, y luego desaparecía de forma igual de abrupta de vuelta a su vida y a su apartamento en Londres.
Esperar que Andi le acompañara a Escocia por motivos de trabajo era una petición perfectamente razonable para que Linus le pidiera a su asistente personal. De hecho, cuando Andi había trabajado para Gerald Wickham, se había ido con él por negocios todo el tiempo. Pero Linus no era Gerald…
Totalmente consciente de la despiadada reputación de Linus, tanto en lo que respecta a las mujeres como a los negocios, Andi había estado decidida a mantenerlo a salvo a distancia cuando empezó a trabajar para él hacía un año. No era difícil hacerlo cuando aún se sentía tan aturdida emocionalmente tras la muerte de David y su padre.
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